De travesía por mi pueblo
Luego de un gran año de experiencia con el emprendimiento social en la región, donde aprendimos, conocimos, divulgamos y disfrutamos; es hora de retomar nuestro propósito. El mayor logro hasta el momento ha sido, como lo expresa un videoclip publicitario, “Si compartes tus sueños, alguien soñara contigo”. En esta oportunidad gracias a una conversación amena con parceros, empezamos a lanzar ideas sobre lo que sería nuestro año y en ese tema nos entretuvimos con destinos para conocer, aprender y abrir nuestra mente como, Australia, Canadá, Francia. Luego, un poco más concretos, queríamos recorrer Suramérica: Islas de Pascua, Machu Pichu, Galápagos, un maravilloso paisaje que hay en Bolivia del que no recuerdo el nombre. Compartimos muchas ideas para lograrlo, sin embargo en algún momento, después de hacer este recorrido imaginario, llegamos a una valiosa y acertada conclusión: Luego de la casual pregunta “¿Conoces los tres chorros en San Agustín, Huila en Colombia?”
Observamos que no encontramos muchas respuestas positivas. Así pues, empezó nuestro propósito para el año y estuvimos visitando de nuevo sitios en los cuales algunos ya habíamos estado, pero con otra intensión: apropiarse, compartir y divulgar nuestro patrimonio. En una primera salida tuvimos la oportunidad de ir a un sitio llamado La Chaquira, en compañía de jóvenes provenientes de Francia, China y Hawái, donde gracias al escenario, una mezcla de naturaleza y arqueología, hicimos fotografías y videos con mensajes sobre la percepción del sitio, una gran experiencia. En otro oportunidad una chica con otros amigos tuvieron la oportunidad de conocer el sitio que nos indujo a este propósito, entonces estuvieron en travesía por Los Tres Chorros, un sitio natural con mucho encanto y en el cual pudieron compartir jóvenes de colegio, universitarios y profesionales jóvenes, de ahí una gran frase: “no se recuerdan los días, sino los momentos”.
Hace un par de semanas gracias a una valiosísima invitación de Disfruta San Agustín(@disfrutasanagus) tuve la oportunidad de una gran travesía por el Macizo Colombiano, de jueves a domingo, empezamos en carro, luego caballo y al final a pie, compartimos en esta oportunidad con jóvenes universitarias de Medellín y otras con juventud acumulada de Pitalito, fue muy interesante encontrar paisajes majestuosos, personas con una gran amabilidad y escenarios de encanto. Bañarnos en el rio a baja temperatura fue doloroso pero placentero. Llegar a la gran Laguna de La Magdalena, apreciando la desembocadura, donde empieza a formarse el gran rio de Colombia, fue un placer que genera mucho orgullo.
Estar ahí y poder decirle al mundo una frase que nació para RECOJO: estamos “Juntos Construyendo Sueños”. Siguiendo nuestro recorrido, llegamos hasta el departamento del Cauca, donde nos encontramos con personas muy serviciales en el municipio de Valencia. Al retornar al Huila por el páramo subiendo las montañas, pudimos hacer una interpretación: Así como la ciudad genera basura, el sitio donde estábamos genera agua. Que gran riqueza tenemos y pasa desapercibida para nosotros en la mayoría de las ocasiones. Estar en el páramo, lloviendo, con mucha neblina y con el frío máximo que podía soportar mi rodilla izquierda, fue posible por la pasión y el orgullo de estar ahí; por la inquietud de capturar los mejores momentos con la fotografía; y por la mejor compañía.
Fue muy enriquecedora esta travesía, nos reímos mucho, contagiamos de risa a otros, hicimos nuestro aporte de Picnic de Palabras en la última vereda del municipio, donde no hay energía eléctrica, y también pudimos replicar Un Litro de Luz. Compartimos un poco nuestro pensamiento de darle más importancia a lo bueno que a lo malo, teniendo en cuenta que el caballo no me hacía caso, por ejemplo. Estas experiencias de comienzo de año nos han propiciado el impulso de seguir con nuestra labor social; identificar que si estamos llegando a un sector de la población, falta mucho por hacer; pero lo más importante es que lo estamos haciendo. Creo que todos queremos hacer algo bueno por los demás, tenemos las intenciones, la oportunidad, falta solo un impulso que viene de adentro de cada uno de nosotros y hace que pasemos de pensarlo a lograrlo, ahí está la diferencia. Por eso los emprendedores son los que no encajan porque no están para encasillarse sino para transformar. Por eso ahora quiero hacer un aporte positivo a la transformación de San Agustín.
Artículo escrito por Arlex Francini Ortega para CorpoEmprende.