Un eterno enigma de Piedra

Llegamos a un enigmático territorio en el Huila: San Agustín, la mayor necrópolis de la América Precolombina, compuesta por un grupo de yacimientos arqueológicos dispersos en una amplia región del valle alto del río Magdalena.

En este lugar percibimos una fuerza espiritual inigualable, la de un pueblo cuya desaparición constituye un misterio, de manera que nos propusimos registrar con las cámaras la singularidad de los rasgos de las esculturas elaboradas por esta comunidad legendaria, buscábamos explorar su misticismo y su realidad.

Hallamos curiosidades como la fuente ceremonial del Lavapatas, un complejo de laberintos, canales y piletas con tallas de serpientes, lagartos y figuras humanas; un sitio que facilita una visión del paisaje montañoso y que nos hizo entender la relación de esta cultura con los seres del agua.

Descubrimos el Alto de los Ídolos, un lugar modificado por esta cultura, aprovechando dos cerros que truncaron para rendir tributo a la muerte. Nos sorprendieron los sarcófagos, su tamaño y sus formas. En el Alto de las Piedras la simbología de cada escultura nos llenó de asombro; también, las denominadas Mesitas A, B y C en el Parque Arqueológico de San Agustín, donde una escultura del águila y de la serpiente y otras dos de guerreros con "doble yo" nos dejaron ver el dualismo de la vida y la muerte.

En el mirador de la Chaquira, observamos el cañón del río Magdalena desde lo alto y escuchamos las historias acerca de la vocación astronómica de estas gentes, entendiendo los ciclos de los astros celestes para aprovechar los recursos naturales, algo que nos fascinó.

Artículo de la campaña promocional de Fontur- Experiencias turísticas únicas en Colombia